Querida comunidad, junto con saludarlos quisiera hacer las siguientes reflexiones acerca de los acontecimientos suscitados el día 6 de septiembre y que lamentablemente tuvo consecuencias inéditas y graves en nuestra comunidad escolar.
Como colegio confesional católico, cuyo proyecto educativo pone al ser humano y la dignidad de la persona como centro de atención, es nuestro deber velar por el bien superior de todas y todos nuestros estudiantes.
Para ello tenemos un Reglamento de Convivencia Escolar, el cual rige las relaciones de toda la comunidad (Padres, estudiantes, profesores y asistentes de la educación), cuyo fin último es propiciar un ambiente de Buen Trato y respeto entre todos nosotros, siendo este el único marco que nos asegura la objetividad del debido proceso, cuyo fundamento garantiza la imparcialidad de los procedimientos.
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